Circe ofreciendo la copa a Odiseo
Astucia y hermosura.
Esta obra de Waterhouse representa una escena de la Odisea de Homero, exactamente cuando Odiseo y su tripulación exploran la isla de Eea donde se encontrarían con la hechicera Circe. Ella le ofrece una copa con una poción a la tripulación y termina por convertirlos en cerdos, pero Hermes ha avisado a Ulises de la astucia de la hechicera y este logra superarla.
El cuadro es un excelente ejemplo de la composición y precisión de Waterhouse, ya que logra capturar perfectamente la esencia de la Odisea. Principalmente, la representación de Circe: una mujer fuerte, segura y lista; su postura y expresión facial reflejan confianza y un toque de misterio. A sus pies y detrás de ella se encuentran cerdos, posibles víctimas de sus encantos. En el reflejo que se encuentra a sus espaldas se puede apreciar parte de la arquitectura y a Odiseo listo para actuar; su lenguaje corporal refleja desconfianza y cautela.
Algunos elementos que no pueden pasar desapercibidos son las flores moradas en el suelo, la maestría en la vestimenta de Circe y su delicada pero mortal vara que levanta a la par de la copa. Esta obra evidencia que aquello que es hermoso es usualmente lo que es más mortal, uno se deja encantar por la belleza exterior y termina en una situación imprevista.
Circe ofreciendo la copa a Odiseo es solo una de las muchas obras de Waterhouse donde pinta a Circe. Al final pareciera ser él el que se encuentra bajo el encanto de la astuta hechicera.