
Ecce Homo
¡Contemplad al hombre!
Este fascinante lienzo de Antonio Ciseri trata una temática religiosa muy explotada, la del Ecce Homo, o «He aquí el hombre», pero aquello que la hace maravillosa es la originalidad y perspectiva que utiliza el artista.
Todos conocemos el contexto: el romano Poncio Pilato se inclina sobre el balcón del palacio y señala a Jesús, acusado de conspiración contra el Imperio y dice esta famosa frase. Fue él quien condenó tanto a Jesús como a Barrabás a una condena tan terrible como la Crucifixión.
El artista nos sitúa a la perfección en el contexto gracias a la vestimenta de los personajes, por ejemplo la de los centuriones romanos, que coincide con la habitual de aquella época. Pilatos, que curiosamente es la figura central y no el ecce homo, representado en un escozo muy marcado para dar mayor profundidad, lleva una túnica de un color claro, y Jesús, pese a estar de espaldas como la mayoría de los personajes en la pintura, es perfectamente reconocible gracias a su indumentaria: despojado de sus ropas humildes, lleva una túnica de color rojo escarlata como burla, ya que era el color asociado a los emperadores romanos, y en la cabeza le han colocado la corona de espinas.
No podemos establecer contacto visual con ningún personaje, porque Ciseri construye la composición con ellos de espaldas, o como mucho de perfil, pero es esta perspectiva lo que hace tan especial al cuadro. El único rostro que conseguimos ver completo es el de una mujer, a la derecha. Es la esposa de Pilatos, cabizbaja y seria, se apoya con una mano en su sirvienta y parece que va a desfallecer en cualquier momento. Ella advirtió a su esposo que se mantuviera al margen de la sentencia de Jesús, como si un sexto sentido le advirtiera que las cosas iban a acabar mal, pero él no le hizo caso.
Mediante la arquitectura, Ciseri nos adentra también en la época: las columnas, y más allá del balcón la columna colosal con relieves, y a toda la muchedumbre en la calle contemplando el acontecimiento y abucheando al que consideran traidor.