Visión tras el sermón
Las fieles bretonas observan a Jacob practicando wrestling con el ángel.
También llamado La lucha de Jacob con el ángel es una de las primeras obras simbolistas de Gauguin, en plena etapa bretona.
Según el propio artista, pretende plasmar la «simplicidad rústica y supersticiosa» de la Bretaña francesa de la época. El pintor ya había comprendido que el objetivo del arte ya no es copiar la realidad. Ahora debe plasmarla para que el espectador vea el mundo a través de sus ojos.
En primer plano, mujeres bretonas con vestido tradicional, están rezando. Al fondo, la visión de las devotas tras el sermón: Jacob practicando wrestling con el ángel.
Gauguin se carga la perspectiva tradicional y utiliza colores puros. Todo ello da un efecto de figuras planas, que además tienen los contornos delimitados. Era lo que en la época se llamó Cloisonnisme, muy de moda entre los jóvenes pintores del post-impresionismo y repugnante para los viejos, como suele pasar.
Gauguin se inspiró en un dibujo de un luchador de sumo de Hokusai. La influencia de la estampa japonesa se ve también en el manzano que separa diagonalmente las dos escenas.
El cuadro fue pintado para una iglesia de la zona pero el párroco la rechazó (craso error).