Retrato de Jacob Meyer de Haan
Bienvenidos a la raza humana.
Este asombroso retrato muestra a uno de los amigos más cercanos de Gauguin, el también artista holandés Jacob Meyer de Haan, que por aquel entonces se había marchado a la Bretaña a estar en la comuna/secta/club de fans de Gauguin, la Escuela de Pont-Aven, germen del posterior simbolismo.
El cuadro está dividido por una marcada diagonal que separa dos mundos, dos géneros: el retrato y la naturaleza muerta, género este último que cultivó especialmente el retratado por lo que puede considerarse una parte del retrato en sí misma.
En la parte superior Jacob es retratado en la pose de un pensador que mira hacia nosotros, con ese pelo y bigote rojo neerlandés. En la parte inferior, sobre la mesa junto con unas frutas, aparecen dos libros que pretenden retratar un poco más al retratado: Paradise Lost de John Milton y Sartor Resartus de Thomas Carlyle.
Como sabemos, la obra de Milton protagonizada por Satanás nos habla de la expulsión de Adán y Eva del jardín del Edén por comer del fruto prohibido y de ahí quizás se asocie el plato de frutas que vemos sobre la mesa. Un plato, por cierto, que parece que va a derramar su contenido de un momento a otro.
El personaje central de Carlyle se llama Diógenes, en honor al filósofo griego que buscó con su farol a un hombre honesto. Y no es casualidad que veamos sobre la mesa esa lámpara que ilumina al propio retratado.