El enano Gregorio el botero
El rostro de la España Negra
España era, a comienzos del siglo XX, tan solo el vestigio del gran imperio que algún día fue. Tras años de dominio, en 1898 perdió sus últimas colonias de ultramar: Cuba, Puerto Rico y Filipinas. La economía, que lejos de haber evolucionado, seguía fundamentada en una agricultura inestable e ineficaz. En resumen, España estaba sumida en una profunda crisis social y económica.
El enano Gregorio el botero es la imagen de esa España en crisis, en decadencia; de la España Negra de Zuloaga.
El eibarrés representa al enano Gregorio, vendedor de cuero, de forma triste, e incluso cruel. Un enano de cuerpo deforme, camisa harapienta y rostro desagradable. El expresionista José Gutiérrez Solana lo describió de la siguiente manera: monstruo de pesadilla, contrahecho, ridículo, espantable, con sus manos torcidas, manos de manco.
Se quedó a gusto.
El bueno de Gregorio es también el rostro de las dos Castillas que tanto gustaban a Zuloaga. La Castilla histórica, al fondo reconocemos la muralla de la ciudad de Ávila; y la Castilla rural, la de los campos áridos y recios.
En cuanto a la temática, es imposible no relacionar este cuadro con los bufones de Velázquez. Esto muestra la influencia que los grandes maestros de la pintura española tuvieron en la obra de Zuloaga.
¿Sabría Gregorio todas estas cosas que representaba su retrato? ¿Podría tan solo imaginarse que años más tarde seguiríamos hablando sobre él?