Estudio de color: cuadrados con círculos concéntricos
Combinando, combinando... triunfé pintando.
El número de colores y formas es infinito, así como las combinaciones y los efectos. El material es inagotable.
Kandinsky («De lo espiritual en el arte», 1911)
Estamos ante un estudio del sinestésico Kandinsky (un tipo que oía colores y veía sonidos) sobre cómo se perciben las distintas combinaciones cromáticas. Ya sabemos que el artista consideraba los colores como entes que interactuaban entre sí, con sus formas y con el espectador, todo en una compleja comunicación espiritual, como un poema que estimula el alma humana.
Pese a que esta obra pueda recordarte a un dibujo de tu sobrino de 6 años, Kandinsky estaba estudiando aquí los mecanismos y relaciones entre las formas y los colores. Tened en cuenta que unas formas concretas pueden transmitir un mensaje, pero si les cambiamos el color el mensaje se distorsiona. Es por ello que el espectador va a reaccionar según como el artista utilice sus formas y sus colores.
Kandinsky hace un mosaico de relaciones entre colores: como actúan los primarios con los secundarios, y también los complementarios, esos que se sitúan opuestos si hacemos una rueda del color. Al final todo se traduce en una sinfonía de colores que interactúan de forma armónica.
Quizás tu sobrino sabe más de esto de lo que parece. Observa como, desde su inocencia y de forma inconsciente, empieza a combinar los colores y las formas y quizás puedas oír algo de música.