Interior: mi comedor
El comedor de Kandinsky en 1909.
Kandinsky no se levantó un día e hizo arte abstracto. Fue abandonando poco a poco la figuración siguiendo sus propias teorías sobre la espiritualidad en el arte y la relación de la pintura con la música.
El artista había llegado a Munich en el año 1896, abandonando su carrera como profesor de Derecho en Moscú. Por aquel entonces la ciudad era uno de los centros artísticos más activos de Europa y el joven pintor amateur se convirtió en profesional, y junto a otros artistas fundaría después Der blaue Reiter (El jinete azul), que hacían un expresionismo colorista y musical.
En 1908 se fue a vivir a la pequeña ciudad bávara de Murnau. Es ahí donde empieza su tendencia hacia la abstracción.
Kandinsky aún conserva en cuadros como este “Interior” (donde representa el comedor de su casa) su influencia fauvista, con esas formas simplificadas y la vibración cromática, pero poco a poco empieza a reducir cada vez más detalles como lo hacían Matisse o Derain.
Por supuesto, la música jugó un papel fundamental en esta evolución. Kandinsky estaba entusiasmado por el compositor Arnold Schoenberg y su controvertida música atonal y al escuchar uno de sus conciertos en Munich quedó entusiasmado y empezó a pintar “Improvisaciones”, obras experimentales que no contienen elementos reconocibles de ninguna clase.