Fedra
La culpa en la mirada.
Fedra fue, según la mitología griega, una princesa de la isla de Creta. Hija del rey Minos y Pasífae, hermana de la princesa Ariadna y medio hermana del mismísimo Minotauro.
Fedra se casó con Teseo, que abandonó a su hermana y mató a su abominable hermanastro. Curiosamente ella no le guardaría rencor por ello. Aunque muy enamorada no debía estar, ya que sentía una enorme atracción por su hijastro, llamado Hipólito, fruto de Teseo y una guerrera amazona.
Hipólito era muy atractivo según las obras clásicas y Fedra no pudo evitar enamorarse de él, sin importar la edad y condición familiar. Por suerte o por desgracia, Hipólito no sentía lo mismo por ella. No era un amor correspondido. En un ataque de rabia a causa del rechazo, Fedra mintió a su marido y le hizo creer que Hipólito había intentado violarla.
Teseo enfureció y aprovechando que contaba con el favor de Poseidón pidió al dios de los océanos que matase a su hijo (sí, el perdón no era una opción). Poseidón, cumpliendo su promesa, envió a un gigantesco toro que se elevó desde las aguas y asustó a los caballos de Hipólito mientras este montaba, hiriéndole de muerte.
Aún así, la diosa Artemisia intervino revelando la verdad, y padre e hijo pudieron reconciliarse antes de que Hipólito falleciera.
Fedra, ya al corriente de todo, estaba desconsolada y arrepentida por provocar la muerte de Hipólito, una muerte injusta de un inocente. Sabía que su final estaba cerca, Teseo jamás la perdonaría, por lo que decidió adelantarse a él, y quitarse la vida, por miedo a sufrir una muerte aún más dolorosa.
En la obra de Cabanel vemos a Fedra en sus aposentos, estirada en una postura patética y melancólica. La expresión de su rostro lo dice todo, una mezcla de tristeza, culpabilidad… Una criada duerme sentada en el suelo, tal vez agotada del trabajo. Otra permanece inclinada hacia Fedra, parece afligida por su señora.
No sabemos cómo decide suicidarse, pero probablemente optará por una muerte dulce y fácil, con alguna clase de veneno. Morirá sin dolor, aunque sintiéndose culpable al provocar la muerte de su hijastro y amado.