Cleopatra probando venenos en prisioneros condenados
La academia mira a Egipto.
Alexandre Cabanel, además de ser uno de los artistas más visitados de esta humilde web, fue uno de los máximos representantes del llamado art pompier, denominación peyorativa para referirse al academicismo francés de la segunda mitad del siglo XIX, dominado por la Academia de Bellas Artes, que no permitía ni la más mínima innovación ni espontaneidad (en definitiva, libertad) y solo dejaba a los artistas defender los valores de la gran tradición pictórica (una enésima imitación de lo antiguo).
Paralelamente, ya sabemos que este tipo de arte académico tenía a sus enemigos (los impresionistas, por ejemplo) que se mofaban de la pintura relamida y alcanforada de artistas como Cabanel.
Sin embargo, y visto a través de una cierta perspectiva, el arte de Cabanel es cojonudo. ¿Anticuado? Puede ser. Pero cuando hay calidad en el arte, no se puede objetar nada. Las modas vienen y van. Lo bueno se queda.
Es el caso de este cuadro, ejemplo arquetípico del art pompier: ilustra un momento histórico con extremo virtuosismo académico, en gran formato, bien definido y con atención extrema al detalle. Vamos, la pesadilla de cualquier impresionista.
Cleopatra, célebre por su poder y belleza fue musa de todo tipo de artistas a lo largo de la historia, y en el siglo XIX académico, la fascinación por el antiguo Egipto había llegado a su punto álgido. Normal que Cabanel le dedicara largas horas a este tema.
Cleopatra prefirió morir antes que verse obligada a vivir bajo el yugo romano, y aquí la vemos preparándose para su suicidio, buscando el veneno menos doloroso y más eficaz. Unos prisioneros condenados a muerte ejercen de conejillos de indias…
Cabanel divide el cuadro en dos partes: a la derecha Cleopatra recostada en su diván, observando con indiferencia cómo se prueba el veneno con los prisioneros. Una criada la abanica y un leopardo descansa junto a ellas. A la izquierda, unos pobres miserables, muertos o retorciéndose de dolor.
Se ve que el artista investigó para hacer la obra. Las ropas siguen escrupulosamente lo que contaba la documentación histórica e incluso se muestra
a la reina de perfil (mientras que sus hombros son frontales), algo típico del arte egipcio.