Gamma
El gran introductor de la esculturas en movimiento.
Ingeniero y escultor, Calder fue el típico artista estadounidense que se trasladó a París en los años 20 y comenzó a crear figuras en madera y alambre. Poco a poco las fue simplificando hasta llegar a la abstracción y descubrió que ganaban en dinamismo si se movían en realidad. Nacieron así sus innovadores móviles o chupin (juguetes móviles colgantes bautizados así por Marcel Duchamp), que acabarían por ser el germen de la escultura cinética.
Lo que vemos aquí colgando es una de estas simples pero complejas estructuras de formas orgánicas abstractas suspendidas en el aire, que se balancean de forma suave y armónica. El movimiento rotatorio, casi imperceptible, consigue que las piezas de esas esculturas van cambiando de forma, haciendo infinitas esculturas de una sola.
Como podemos observar, Calder se interesó por las sombras que proyectaban sus móviles, tan cambiantes como la pieza en sí, por lo que empezó a cuidar la iluminación de los espacios expositivos. Además, otro factor interesante y novedoso fue el sonido, y lo tuvo en cuenta en sus obras, ya que estas estructuras chocaban unas con otras.