Gismonda
Mucha Sarah para mucho Mucha.
Es 1894, las obras de teatro están en su máximo esplendor, y la famosa actriz Sarah Bernhardt las hace brillar. Su nueva producción Gismonda se encuentra próxima a su estreno, pero los carteles publicitarios no son de su agrado. Rápidamente llama a la imprenta Lemercier en busca de un nuevo ilustrador. Así descubre a Alfons Mucha.
Gismonda fue el primer trabajo de Mucha como ilustrador exclusivo de Sarah Bernhardt. Para la obra decidió utilizar un formato vertical, lo que le permitió mostrar la esencia del personaje mediante la imagen de la figura completa. Asimismo, decoró su cabeza con orquídeas y le colocó una rama de palma en la mano. El traje ilustrado es el que salía en el ultimo acto de la obra, donde se hacia una demostración de la procesión de Domingo de Ramos. El fondo es simple, a excepción de los mosaicos bizantinos que se encuentran en la parte de atrás de la cabeza de la Gismonda.
Ella es lo que destaca del cartel.
Bernhardt quedó fascinada, y en enero de 1895 se publicaron los carteles publicitarios de la obra en Paris. La Belle Époque permitió el desarrollo de este tipo de ilustraciones por medio de los avances en la litografía del color. La calidad se vio aumentada y próximamente todas las producciones decorarían las calles de París con colores sobrios, los cuales contrastaban con los paisajes.
La fusión de estos dos personajes en el mundo del arte trajo un gran beneficio para ambos. A Bernhardt le dio una imagen icónica, la cual perduraría a lo largo de los años y a Mucha le trajo reconocimiento, fama y fortuna.
Sarah Bernhardt tiene expresividad y nobleza clásica, cada rasgo de su rostro y cada movimiento de su ropa esta profundamente influidos por su necesidad espiritual.
Alfons Mucha