L.H.O.O.Q.
La falta de respeto al arte como forma de arte.
Duchamp… El campo de juego de dadaísmo pronto se le quedó corto para sus gamberradas y su terrorismo artístico…
Por supuesto hay quien se toma muy en serio la obra de este artista, y desde luego, sus chistes revolucionaron el arte pues se preguntaban precisamente eso: ¿Que es el arte…?
Pues el arte puede ser un urinario, o como en este caso, robar una reproducción la Mona Lisa de Da Vinci, ponerle unos bigotes y colgarla en un museo, y claro… ahí se abrió la caja de Pandora que podemos comprobar 100 años después en delirantes exposiciones en Museos de Arte Contemporáneo de todo el mundo.
Pero… ¿Es legítimo robar en arte…? Lo cierto es que el tipo se apropió de una obra de otro, pero creó algo nuevo pues nuevo es el pensamiento que surge en la cabeza del espectador al ver la versión alterada. Robar se convierte pues en un concepto más que legítimo… El arte de robar, podríamos decir… Y además con el dedo medio levantado.
Duchamp pinta sin respeto alguno sobre esta obra maestra intocable un bigote, una perilla y además le cambia el título. Al leerlo deprisa en francés, obtenemos la frase «Elle a chaud au cul» (Ella tiene el culo caliente).
Este genio realizó más versiones de la obra, como otra Mona Lisa, esta vez sin bigote ni perilla que bautizó como «L. H. O. O. Q. Afeitada».