La bruja de la noche visitando las brujas de Laponia
El artista pinta un fragmento del "Paraíso perdido" de Milton.
Henry Fuseli, el pintor de los sueños (o más bien pesadillas), ilustra un pasaje del Paraíso Perdido de Milton en el que se comparan los demonios que rodean el pecado con las brujas asesinas de niños:…
ni ofrecía tan horrible aspecto el séquito que acompañaba a la nocturna bruja, cuando cabalgando por los aires, y atraída por el secreto olor de la sangre de algún niño, acudía a los bailes de las brujas de Laponia, y eclipsaba el resplandor de la luna con la fuerza de sus encantos.
Fuseli representa para ello a Hécate, diosa de las tierras salvajes y reina de las brujas, que cabalga el aire iluminando la escena y cuyo séquito está a punto de sacrificar a un rollizo infante. Se creía que esta señora montaba el aire por la noche, y estaba asociada con pesadillas, algo que como sabemos, volvía loco a Fuseli, tan atraído por los sueños eróticos mezclados con la violencia, algo muy revolucionario en épocas previas al psicoanálisis.
Fuseli juega con los miedos del espectador, con sus creencias supersticiosas; en definitiva su subconsciente. Aún no teniendo conocimientos de la obra de Milton, vamos a proyectar nuestros peores miedos para explicar lo que sucede. Quizás por ello fue tan popular el artista pese a la truculencia de su obra.
Al principio el artista visionario iba a titular el cuadro como “Las orgías de Laponia”, pero en la galería Milton debieron decirle que moderara un poco la ya escalofriante escena con un título un poco más aceptable para la anquilosada sociedad de la época.