Lady Macbeth
La obsesión de este visionario por Shakespeare.
Henry Fuseli es, junto a William Blake, el ejemplo del perfecto visionario pre-romántico, que buscaba plasmar “lo sublime” en el sentido de representar aquello que está “más allá del límite”. Por ello representó sueños, mitos y leyendas, y mucha, muchísima literatura. Y muy especialmente las obras de su autor favorito: William Shakespeare. Fuseli estaba loco por Shakespeare.
Fuseli conocía muy bien la historia de Macbeth. Incluso había traducido el libro al alemán. Por ello realizó bastantes cuadros basados en esta obra sobre la ambición, el poder, la culpa y la locura.
La muy ambiciosa Lady Macbeth quería el trono de Escocia, así que manipula al mandiletas de su marido para que asesine al rey Duncan. Pero claro, estas cosas siempre acaban peor de lo planeado, y al final hay un baño de sangre. Tras este episodio, Lady Macbeth, torturada por el brutal sentimiento de culpa, comienza a tener sonambulismo y a comportarse como una loca obsesiva-compulsiva. Una mujer que tiene que lavarse las manos continuamente porque ve —literalmente— manchas de sangre en ellas.
Así la pinta Fuseli, vela en mano con esa cara desencajada por la locura. Viste de amarillo, color que simboliza los trastornos mentales. En el oscuro corredor Lady Macbeth está confesando los crímenes cometidos por ella y su marido y es observada por una sirvienta y un médico que la miran asustados.