Sueño de una noche de verano
En sueños, camino contigo.
Henry Fuseli se enamoró de William Shakespeare en su juventud en Suíza, y se inspiraría a menudo en las obras del escritor para crear muchas pinturas durante toda su carrera (como Macbeth, por ejemplo).
En este caso, Fuseli toma la primera escena del acto IV de Sueño de una noche de verano, cuando Titania, Reina de las Hadas, se acaba de beber una poción de amor y se enamora del tejedor Nick Bottom, que también está bajo un hechizo que ha transformado su cabeza en la de un burro.
Un grupo nutrido de gente rodea a los protagonistas, y a cada cual es más extravagante: los hay grandes, pequeños, híbridos… En conjunto son un como una pandilla salida directamente de un sueño (en este caso, de una noche de verano). Ese gusto por lo grotesco y lo oscuro a algunos nos recuerda a los universos de David Lynch.
Toda esa fauna sobrenatural excitaba a un ser de otro planeta como Henry Fuseli, uno de esos artistas inclasificables, adelantados y únicos, que no podemos más que denominar visionarios.
Recordemos que uno de sus admiradores del artista era nada menos que todo un William Blake que dijo de Fuseli: se ha adelantado cien años a la generación actual.