La nave de los locos
Elogio de la locura.
La loca humanidad, esa especie pecadora que vive al revés… Para el Bosco la gente estaba perdiendo sus referentes religiosos, sobre todo los propios religiosos. Curas, frailes y monjas son los primeros en beber, jugar a las cartas y dejarse llevar por la lujuria y la gula en conventos y monasterios.
Esa moral disoluta, ese vicio dan lugar al pecado, y eso para el artista da como resultado la locura.
El Bosco quiso denunciar este tipo de comportamientos de la mejor forma que sabía: con sus extrañísimas y fascinantes pinturas.
En esta, vemos a un barco navegando en plena tierra. El mástil es un árbol de Mayo, donde se esconde sibilino el diablo. Ondea una bandera con la luna estampada, el símbolo de la locura. La tripulación está compuesta por bufones, ladrones, borrachos, músicos… La gente trepa, ríe, come y canta, yendo a la deriva, mientras alguno vomita a causa de los excesos.
Como es habitual en las obras del Bosco, nos podemos quedar ciegos viendo los detalles. Si sacamos la lupa podemos apreciar todo tipo de simbolismos como el cántaro (sexo), el embudo invertido (la locura), un pescado muerto (el pecado)…
Un tríptico satírico que representa a la perfección las ideas morales y artísticas de uno de los pintores más fascinantes de esa Europa del Norte, con un pie en la Edad Media y otro en el Renacimiento.