Louis Comfort Tiffany
Desayuno con Tiffany.
Tras sus exposiciones en 1909 y 1911, Sorolla arrasaba en los Estados Unidos. Su arte era admirado y muy visitado. Y todo el mundo quería un retrato del maestro.
Uno de estos americanos ricos fue el diseñador Louis Comfort Tiffany (1848–1933), el tío de las joyas de lujo. Tiffany no sólo conocía el arte de Sorolla, sino que tenía varios cuadros de él. Pero le faltaba su propio retrato, así que tiró de chequera (desembolsó la mareante suma de ocho mil dólares, unos doscientos mil pavos de hoy) y a Joaquín no le quedó otra que acceder.
Entre el 4 y el 15 de mayo de 1911, Sorolla fue a casa del magnate e hizo varias sesiones. Decidió ambientar la escena en los exuberantes jardines de la finca. Y claro, en mayo las flores son como son. Aquí acaparan todo el protagonismo y casi parecen engullir al millonario (y a Funny, su border terrier). La luz es tremenda, como podéis observar. Hasta casi parece que Long Island es el Mediterráneo.
Tiffany viste de blanco (aunque ya sabemos que en Sorolla no existe el blanco puro) y tiene en sus manos un pincel y una paleta. Es como un retrato «de un artista a otro».