Luciérnagas en el agua
Más allá de lo que ves.
Todos conocen la obra, pocos a la artista y el mensaje que desea transmitir.
Esta obra de Yayoi Kusama ha sido un foco central de su carrera artística, personas de todo el mundo han acudido a su instalación y han aprovechado para tomarse fotos memorables que, si bien puede haber excepciones, desconocen del mensaje original a transmitir.
Ese es uno de los riesgos del arte conceptual, el juzgar únicamente por lo que se ve y no por la idea detrás; asumiendo que todo debe de ser claro y que uno no tiene que interpretarla más allá del primer contacto.
Esta obra es un salón oscuro cubierto de espejos, cordones de luces LED suspendidas del techo y un pequeño cuerpo de agua; juntando estos elementos el espectador se siente en el centro de una galaxia, el cuerpo de agua aparenta estrellas o bien, a luciérnagas flotando.
La fuerza del efecto logrado por Kusama rompe completamente el concepto del espacio y el tiempo por la carga visual en la que se encuentra uno.
Detrás de esta experiencia hay dos mensajes. Por un lado, se inspira en un cuento japonés donde una persona es rodeada por 10 mil luciérnagas; por el otro, habla de la forma en la que nos relacionamos y nuestro papel en el espacio infinito. Desde mi punto de vista, Kusama nos permite meternos a su mente para hacernos las mismas preguntas que ella para, con suerte, incitar el diálogo con uno mismo.
El arte conceptual ha sido despreciado por gran cantidad de personas, sin embargo, pocas son las que se dejan absorber por todo el concepto que proyecta el artista. Kusama ha logrado un reconocimiento por las fotos que se toman en sus obras, yo los invito a que, sin el pretexto de la fotografía te preguntes tu papel en el espacio infinito; quizás tu respuesta coincida con la de Kusama.