Plano magnesio cobre
La escultura se vuelve horizontal, en el suelo y sin huella humana alguna.
El tipo que dejó de hacer escultura vertical para volverla horizontal, a ras de tierra, creando un espacio para recorrerla, vivirla e integrarse en ella. Hoy en día puede parecer una tontería, pero en los años 60 esto fue una gran innovación.
Fue el maestro del minimalismo a principios de esta década, aunque también se le puede considerar uno de los precursores del land-art, y con unos planteamientos cercanos al arte conceptual.
Repetición y el serialismo, geometría y amor incondicional por el material fueron algunas de sus características principales. André entendió la escultura como emplazamiento, sin ninguna figuración, autorreferenciales y carentes de huella humana (incluída la del propio autor).
Como muy bien dice el propio artista: “¡mis obras no significan nada…!”
Carl André… muchos lo consideran un fraude, un oportunista, un montón de mierda sin talento… hasta un asesino…
Otros hablan de genio, de poeta, de gurú del arte contemporáneo. Encumbrado por la cochambrosa crítica al servicio de los mercados en los 60, en muchas facultades de Bellas Artes de tercera división los profesores más mediocres todavía admiran su forma de “no mancharse al hacer una escultura… ¡Hasta se puede hacer por teléfono…!.”
Si un profesor de escultura te dice eso, lo más justo sería realizar body-art con sus morros y exponerlo en la plaza pública. Probablemente ese tipo de arte contemporáneo sí se podría llegar a entender.