Sala Mae West
Una habitación que representa la cara de la famosa actriz.
La Sala Mae West es una de las más populares del Teatro-Museo Dalí. En ella podemos contemplar el retrato tridimensional de la famosa actriz, representada por medio de piezas de mobiliario ubicadas de forma precisa.
La idea de la habitación surge a partir de la aguada sobre papel de periódico «Rostro de Mae West utilizable como sala de estar» (1935). Decidido a llevarla a cabo arquitectónicamente, Dalí se puso en contacto con el arquitecto Oscar Tusquets y juntos colaboraron para hacer realidad este sueño surrealista.
Siendo fenicio, he preferido en lugar de hacer un sueño surrealista que se escapa y se desvanece al cabo de un cuarto de hora de estar despiertos, realizar un sueño que pueda servir de sala de estar. O sea, hay una chimenea, una boca que se llama saliva-sofá, donde uno puede sentarse muy cómodamente. Por el mismo precio, tenemos sobre la nariz lugar suficiente para poner un reloj de supremo mal gusto, el kitsch del arte español, y, naturalmente, a ambos lados de la nariz, los dos ojos, que son vistas nebulosas impresionistas del Sena de París.
Y efectivamente, si nos situamos en un punto determinado, vemos a Mae West en todo su esplendor.
Siendo puramente surrealista, además Dalí se adelantó con su aguada a varias corrientes posteriores: el Pop-Art, por ejemplo, y con esta sala a la instalación y los site specific.
La sala tiene un aforo de 15 personas, y los visitantes pueden ver el retrato de la actriz desde una lupa especial, pero también sentarse en sus labios.
Ya lo dijo la actriz, una artista en toda regla, con más frases ingeniosas que Oscar Wilde:
Las chicas buenas van al cielo, las malas a todas partes.