Medallón
La artista y su amante.
Hannah Gluckstein se convirtió un día en simplemente Gluck, sin prefijo, sufijo o comillas.
Un nombre tan ambiguo, sofisticado y andrógino como lo era la propia pintora. Gluck pintaba lo que quería, sin adscribirse a ningún movimiento o corriente artística. Gluck era libre. Vestía como un hombre y le gustaban las mujeres. Nunca lo ocultó. De hecho hizo varios retratos de sus amantes, pero ninguno tan intenso como este.
Medallón muestra a Gluck con su gran amor, la estadounidense Nesta Obermer. Una pintura sólida, de calidad casi escultórica pese a su tamaño sorprendentemente pequeño. Es casi como un cartel político, un ejemplo de propaganda con las dos mujeres fusionadas mirando hacia el futuro, quizás un futuro en el que su amor podría ser aceptado.
Recordemos que en esa época en el Reino Unido la homosexualidad masculina era un delito. Ni siquiera había un concepto para definir a las lesbianas o transgénero. Pero Gluck y Nesta vivieron su amor sin miedo, y eso que Nesta estaba casada con un millonario.
Con el tiempo, Nesta volvería con su marido dejando a Gluck con el corazón roto, pero queda este maravilloso doble retrato como prueba documentada de un amor que no entendía de géneros.