Mis abuelos, mis padres y yo

Una orla familiar donde podemos ver los retratos de lo antepasados de Frida Kahlo, y también su propio autorretrato de niña. Una composición encantadoramente ingenua. Parece que la niña Frida sostiene a sus ancestros como si fueran unos globos.

Una familia peculiar la de la artista mexicana. Mezcla de judíos, alemanes, indios, españoles… Recordemos que en 1936, cuando se pintó este cuadro, en Alemania se implantan las leyes de Nuremberg, que prohibían los matrimonios interraciales. Frida, de sangre alemana por parte de padre, deja muy claro lo orgullosa que está de ser una mestiza.

Arriba están los abuelos. A la izquierda los maternos, un indio y una española que tuvieron a Matilde, la madre de Frida. A la derecha, los padres de Guillermo Kahlo, el padre de Frida, dos alemanes de origen judío. Es evidente que Kahlo utilizó fotografías familiares para retratar a sus abuelos. Por eso tiene un aspecto de orla naïf y surrealista.

Frida aparece abajo de todo, con los pies anclados en su hogar de toda la vida, la Casa Azul, desnuda y sujetando bien los lazos rojos que la unen a su linaje. Bueno… en realidad aparece también como feto en la barriga de su madre y si nos fijamos, también en plena concepción, cuando el espermatozoide penetra en el óvulo.

Todo esto en pleno paisaje mexicano, con su desierto, su montaña, su océano, sus cactus (uno de ellos tiene una flor polinizando su semilla).