Modelos
¡Por supuesto que Seurat podía pintar algo vivo!
Cuando Seurat empezó a pintar con su innovadora técnica de puntos de color puros que el ojo del espectador se encargaba de mezclar en su cerebro los críticos se le echaron encima. Quizás algunos admiraron la audacia técnica y la importancia científica de este nuevo tipo de arte, pero casi todos coincidieron en que con algo así no se podía pintar vida, era fría y carente de sentimiento.
Seurat decidió responder a los críticos con un desnudo. Tres en realidad, aunque de la misma modelo. Con estas tres poses de frente, de costado y de espalda, con un género tradicional y académico como es el desnudo, con una temática que alude a iconografías como las Tres Gracias, Seurat quiso dejar muy claro que su famoso y criticado Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte (que vemos al fondo a modo de auto-homenaje) era el camino que iba a seguir, y le importaban un huevo las críticas.
Seurat colocó sus modelos de manera simultánea e ingeniosa con La Grande Jatte a la izquierda en la pared de su estudio, lo que permite una comparación entre desnudos y vestidos entre interiores y exteriores, entre la tradición pictórica del pasado y el futuro tecnológico que se avecinaba. No se equivocó el pintor: gran parte de las imágenes que vemos hoy en día es a través de píxeles, puntos de color que mezclamos en nuestro cerebro.