Muerte de un avaro
Memento Mori, motherfuckers!
El Bosco debía saber mucho sobre la inevitabilidad de la muerte y la estupidez que es buscar la riqueza material. Seguro que pensaba que los más estúpidos de todos los pecadores son los codiciosos, y en HA! estamos de acuerdo con eso. Hasta la iglesia condenó siempre la usura (y también el liberalismo, exceptuando a un par de papas nefastos), así que Hyeronimus Bosch, que católico era un rato, no se anduvo con paños calientes con este asunto.
Por supuesto, un artista de su talla quería explicarnos ese mensaje, pero a su manera… es decir, con extraños símbolos figuras y escenas por todas partes. Este hombre se caracterizaba sobre todo por dos cosas: ser críptico y ser detallado.
Que se lo digan a este avaro, que es visitado por la Muerte en esta estrechísima habitación. Lo rodean todo tipo de criaturas, y si vamos de abajo a arriba podemos ver una armadura en el suelo (o el usurero es o ha sido caballero, o alguno caballero empeñó su armadura y por eso está a cachos) y un diablillo alado que parece mirarnos apoyado sobre unas telas.
Un poco más arriba hay un tipo de verde que echa monedas al saco (y un ser que se las recoge) y dos criaturas bajo el cofre (una enseñando un sobre lacrado, otro agachándose sibilino). Es casi evidente que estamos ante una metáfora de la banca y la cantidad de sabandijas que la habitan y la nutren.
Junto al moribundo hay un ángel que mira al mini-Jesús de la ventana, aunque el avaro parece más interesado en ese demonio tentador que le ofrece una bolsita de oro. El tío prefiere el oro que la salvación y una criatura verdosa como el Grinch observa todo eso desde arriba de la cama con un brasero.
Finalmente, la simpática Muerte aparece por la puerta sonriente en plan ¿se puede?.
Porta una flecha y apunta al Avaro.
A todos nos encantan los placeres terrenales y pecar como desgraciados, pero sabemos que a la larga, cuando nos visite la Muerte, sólo nos quedará lo vivido y sobre todo lo que hemos aportado a otra gente. Las monedas no valdrán ya una mierda. El Bosco lo sabía, nosotros lo sabemos y ahora tú también lo sabes. No necesitas tu dinero, así que puedes donarlo a causas benéficas, como por ejemplo nuestra humilde web.