Number 1A
Falsa sensación de infinito.
A través del Expresionismo Abstracto, el primer estilo pictórico propiamente estadounidense, y con Jackson Pollock a la cabeza, el discurso que entendía la pintura como un arte autónomo y puro se legitima de nuevo a mediados del siglo XX.
Number 1ª es, ante todo, una exaltación de los elementos básicos de la pintura en consonancia con el cuerpo, los instintos y emociones del pintor. El cuadro no tiene significado porque lo que busca es ser una visión de carácter puramente bidimensional. Y nada más. Es una vuelta a la esencia en el peor sentido de la palabra: una renuncia a la existencia como elemento maleable y un retorno a lo fijo, lo seguro.
Por una parte, Pollock forma parte de una humanidad que, en 1950, carga a sus espaldas con décadas de tragedia y constantes shocks traumáticos; por otra, es hijo del individualismo absoluto en el que se basa la democracia liberal de Estados Unidos. Este arte autotélico, que solo se quiere a sí mismo como referente, como medio y como fin, busca deshacerse del peso de la historia y crear un sujeto nuevo, sin traumas; sin memoria, en definitiva. Destruyendo por completo la forma en un ejercicio introspectivo, como hiciera John Constable un siglo antes, Pollock desarrolla un estilo que aspira a alcanzar una falsa sensación de infinito que le devuelva al ser humano todo el control.