Primer dinero
Un desnudo con el salario de la modelo puesto en un plato.
Casi surrealista, esta obra refleja la pérdida de la inocencia, la degradación de la sociedad contemporánea italiana de 1928.
Cagnaccio di San Pietro pintó este desnudo en la época en la que «volvió al orden» después de una borrachera futurista. El pintor recuperó los pilares de la tradición pictórica del quattrocento y de la pintura veneciana, pero lo hizo con cierta resaca de las vanguardias, como por ejemplo con este encuadre rompedor en la que destacan dos elementos con la misma tonalidad, casi el mismo protagonismo: la modelo desnuda y un plato con el dinero al que hace referencia el título.
Debemos suponer que esta joven recibió un salario por medio de la prostitución con esos billetes pintados de manera perfecta. Cagnaccio era un maestro también en las naturalezas muertas, de una belleza casi heráldica.
El fondo, azul, intuimos que es la superficie de una cama. El encuadre es casi cenital y nos presenta a esta mujer de cuerpo musculoso y pose dislocada, retorcida y a la vez relajada, probablemente descansando después de haber cumplido con su duro trabajo.
Esta mujer es un mero objeto de uso y consumo de la sociedad burguesa italiana de la época, refugiada bajo la brutalidad irreal del régimen fascista. Es mercancía, pero no una cruel caricatura como lo harían los pintores alemanes, sino con una técnica casi hiperrealista para amplificar esa objetivación, esa deshumanización del cuerpo humano.
Este toque social en esta obra lo acerca a la Neue Sachlichkeit, la nueva objetividad alemana, ese «nuevo realismo» que se valía del arte herramienta de crítica social, auqnue desde luego Cagnaccio di San Pietro era 100% italiano.