El milagro de los panes y los peces
Rafael realizó esta obra para la Capilla Sixtina, sabiendo que rivalizaría con su "enemigo" Miguel Ángel.
El Papa León X encargó en 1515 a Rafael Sanzio una serie de diez tapices para cubrir las paredes inferiores de la Capilla Sixtina del Vaticano, cuya cúpula ya había pintarrajeado Miguel Ángel Buonarroti.
El maestro del Cinquecento realizó los dibujos preparatorios y bocetos al tamaño real de las telas (tres por tres metros) y entre ellos se encontraba este «Milagro de los panes y los peces» también conocido como «La pesca milagrosa».
Rafael sabía que con sus tapices entraba en competencia con los frescos del Sr. Buonarroti, quien le subestimaba y a la vez le consideraba un rival, por lo que se esmeró a fondo (el joven artista cobró 16.000 ducados, cinco veces lo que costó el techo de Miguel Ángel, cosa que no le gustó nada a Buonarroti).
Las telas se realizarían en Bruselas, donde estaban los mejores tejedores del planeta.
Rafael sabía que sus obras eran para traducirse a una superficie textil, por lo que prestó poca atención a las pinceladas y a los detalles para centrarse en la composición, que fue tan apreciada que se realizaron también grabados para su distribución por toda Europa, infectando todo el continente de arte renacentista.
Como vemos, el cuadro es pura atmósfera, y tanto las figuras como sus reflejos en el agua son también un milagro.