Retrato de una chica
El color en la Alemania expresionista.
Gabriele Münter fue una de las cofundadoras del expresionismo alemán. Su forma de expresión: el color. A través del color construyó figuras y dio vida a cuerpos y caras. Fijaos si no en la imagen. ¡Esta chica está viva!
Liberada de las limitaciones del tener que imitar a la naturaleza, Münter inaugura el siglo XX con su pintura adscrita al grupo Der Blaue Reiter, que pretendía dinamitar lo establecido con puro color salido muy desde dentro del alma del artista.
Gabriele Münter era de las más talentosas del grupo (y eso que hasta 1919 una mujer no podía estudiar arte en la academia) y durante una época fue alumna (y amante) de otro miembro, el señor Kandinsky, que influyó en la obra de Münter, aunque bien pensado, no es nada descabellado preguntarse quién influyó en quien.
Aparte de su mentor, Münter tenía otro ídolo en las artes: Matisse. En cuanto conoció su obra se hizo simpatizante fauvista, aunque era demasiado alemana y su estilo demasiado simple (en el buen sentido), casi rozando el arte abstracto. Su futuro estaba en el expresionismo, y con cuánto más color, mejor.
Este es un ejemplo de la Gabriele Münter más reconocible. Una de los sellos característicos de su pintura era rodear a las figuras de ese contorno oscuro. Por lo demás, puro color, puro talento.