Sísifo
El hombre absurdo.
Por motivos que no vienen al caso, Zeus castigó a Sísifo a empujar una enorme piedra cuesta arriba por una ladera, pero siempre que estaba llegando a la cima, la piedra rodaba inevitablemente hacia abajo, y Sísifo tenía que empezar de nuevo desde el principio, una y otra vez, un día tras otro, año tras año. Durante el resto de su vida.
Esta historia tiene múltiples significados. Sísifo realiza un trabajo absurdo, como el que realiza buena parte de la gente. Quizás podamos tirar por ahí e identificarnos con Sísifo en nuestra oficina de mierda, en la fábrica, repartiendo butano o sirviendo comida a turistas maleducados.
También podemos verla como una excelente metáfora del absurdo de la vida humana, como muy bien dijo Camus. Pero el escritor concluye para consolarnos un poco que «uno debe imaginar a Sísifo feliz».
El mito de Sísifo fue interpretado por muchos artistas a lo largo de la historia. En este caso, el simbolista alemán Franz Stuck opta por no mostrar demasiado el rostro del pobre hombre, quizás para identificarnos más con él, y reduce su paleta a apenas gris y rojo, dándole a la escena un aire empapado en tristeza y también en dolor.
Sísifo, desnudo, se encorva y trata de levantar la piedra por una exageradísima cuesta, sabiendo perfectamente cómo va a acabar la cosa.