Antonio López
España, 1936
Pintor y escultor, Antonio López García es uno de los principales artistas hiperrealistas de España.
Hijo de labradores manchegos, López se introdujo en el dibujo por medio de su tío, el también pintor Antonio López Torres. Durante la posguerra se fue a Madrid para preparar su ingreso en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, y junto a otros creó la llamada Escuela madrileña. En Madrid sus visitas al Prado eran frecuentes e idolatraba ante todo a Velázquez.
Empiezan a verse en sus obras un interés por la solidez plástica y por las composiciones precisas que acabarán por tener un objetivo: la fidelidad en la representación. A partir de ahí pinta temas cercanos. La vida cotidiana es la protagonista de su obra artística desde entonces, tratada con un exquisito detallismo fotográfico, aunque al contrario que la mayoría de hiperrealistas, no utiliza fotografías.
Su proceso creativo es lento, exasperante. Para buscar la esencia de lo representado tarda a veces varios años, y a veces no acaba nunca: «Una obra nunca se acaba, sino que se llega al límite de las propias posibilidades».
Su hiperrealismo es ortodoxo. Una precisión casi fotográfica, pero sin llegar a la frialdad fotorealista. Una minuciosidad y exactitud llevada a cabo con una herramienta: el virtuosismo técnico, que supera la «visión» del objetivo fotográfico.