Diane Arbus
Estados Unidos, 1923–1971
Diane Arbus fue una famosa fotógrafa estadounidense, conocida principalmente por mostrar fotografías de freaks y fenómenos de feria, en los que sorprendentemente se mostraba una incuestionable belleza donde en principio la sociedad dice que no la hay.
Judía neoyorquina, Arbus conoció a su marido Allan, un fotógrafo que le dio su apellido y una cámara. En poco tiempo Diane superó a su marido en talento y la Guggenheim le concedió una beca, para que continuara desarrollando su carrera como artista y fotógrafa en vez de dedicarse a oficios más mundanos para sobrevivir.
Trabajó desde los años 40, primero en fotografía de moda (hizo fotos para Esquire, Vogue y Harper’s Bazaar), pero pronto empezó a ver en los sujetos fotografiados algo que nadie más parecía observar.
Arbius había visto la película Freaks de Tod Browning y su vida dio un vuelco. Decidió abandonar las bellas modelos para centrarse en esa «gente extraña» que miraba directamente a su cámara. Para Arbus era fundamental que los retratados fueran conscientes de que estaban siendo retratados y en sus sesiones «los hacía desnudar», hasta que salían esos enigmáticos retratos.
En los años 60 Arbius recorría peligrosos barrios marginales de Nueva York para seleccionar a los personajes más carismáticos y aterradores que podía encontrar, entre los que se encontraban enanos, gigantes, freaks, tatuados, retrasados, prostitutas, transexuales, gemelos… Y cuanto más extraños mejor. Hasta gente normal, pasada por el filtro de Arbus, se convertía en «algo diferente».
Diane Arbus consiguió sacar belleza de esta gente en principio en las antípodas de lo que era bello. Su estilo de fotografía en blanco y negro parecía retratar el alma de los fotografiados, y debe ser que toda alma es bella, porque sus fotos son belleza pura.
A los 48 años, tras una larga depresión, se quitó la vida con una sobredosis de pastillas y cortándose las venas.