Federico Barocci
Italia, 1535–1612
Federico Barocci, «Baroccio» fue un talentoso manierista italiano que tuvo su importancia en la germinación de barroco.
Nacido en Urbino, fue pasando por distintos talleres hasta llegar a trabajar para el papa en Roma donde ayudó con sus armas a la lucha contrarreformista. En los cuadros de Barocci podemos ver una pintura innovadora para su época. Parece adelantarse un poco al barroco y algunos dice que incluso hay en su obra un proto-impresionismo (sobre todo en sus alucinantes paisajes).
La técnica de Barocci era perfecta. Luz, color, temática… una pintura brillante y vivaz hizo que su valoración como artista no tardara en llegar. Inspirado sobre todo por la obra de Correggio, logró un enorme éxito en la ciudad, pero algo ocurrió que cambió para siempre su vida.
Una dolencia intestinal (él estaba seguro que habían sido unos rivales envidiosos), le atormentará durante los siguientes 52 años de vida. Psicosomática o no, esta dolencia le hacía vomitar todo lo que comía, no dormía, soñaba horribles pesadillas y su salud fue desde entonce frágil, aunque siguió activo bastantes años. Eso sí, nunca volvió a Roma; le aterrorizaba que sus enemigos acabaran al fin con su vida.
Sus contemporáneos hablaban de él como una persona desconfiada e hipocondríaca.
Al parecer solo podía trabajar un par de horas al día, algo sorprendente, dada la gran cantidad de obras que produjo. [1]