Georges Lacombe
Francia, 1868–1916
El pintor y escultor Georges Lacombe se inspiró en el simbolismo de Paul Gauguin para crear una obra simbolista de formas estilizadas que recuerdan muchísimo a las estampas japonesas que arrasaban entre los jóvenes artistas de la época. De hecho la obra de Lacombe es clasificada por muchos estudiosos como «japonismo».
Sus veranos en Finisterre (costa oeste de Bretaña), fueron importantísimos para su obra. Ahí entró en contacto con los Nabis, un grupo de jóvenes artistas unidos por un apasionado interés por la obra de Paul Gauguin y el deseo de desarrollar un nuevo lenguaje pictórico más expresivo, en el que la forma y el color fueran los protagonistas.
Lacombe pintó a la manera de Gauguin, incluyendo escenas bretonas y paisajes marinos estilizados. Son pinturas bastante «artificiales», en el sentido de que hay una evidente influencia de las estampas japonesas.
Alrededor de 1893, Lacombe conoció a su ídolo Gauguin y empezó a hacer también esculturas talladas en madera, creando obras simbólicas de técnica ingenua y pronto conocidas como «Le nabi sculpteur».
Lacombe era de familia pudiente y por tanto no necesitaba ganarse la vida con su arte. Es por ello que se negó siempre a vender su obra y buena parte de su producción artística es desconocida a día de hoy.