Jacob Jordaens
Flandes, 1593–1678
Jacob Jordaens fue uno de los más importantes y originales pintores del barroco flamenco. Es especialmente valorado su manejo dramático de la luz, la solidez y sensualidad de su obra, su talento para la escenografía y sus temáticas que siempre captan el espíritu popular, aún en sus obras religiosas y mitológicas.
Nacido en Amberes, empezó como pintor a los 21 años, o al menos hay un documento del gremio de pintores de la ciudad que así lo prueba.
Tuvo la suerte de participar durante una temporada en el taller de Rubens, esa «fábrica de arte» que producía lo mejorcito de la época en Europa. Tras esto trabajó para reyes, burgueses, clero y nobles que valoraron muy positivamente su trabajo.
Carlos I de Inglaterra, la reina Cristina de Suecia o Felipe IV de España eran algunos de sus clientes y fans, que le encargaban cuadros cada vez que podían. Así, su carrera se desarrollaba y su fortuna y fama fueron creciendo (al parecer Jordaens era uno de los cuatrocientos ciudadanos más acaudalados de Amberes).
Jordaens fue uno de los artistas abiertamente protestantes en el Flandes católico e incluso se le condenó a pagar una elevada multa por publicar escritos heréticos. El artista y su familia llevaban años siendo protestantes en secreto.
Murió el 18 de octubre de 1678, probablemente víctima de la peste que azotaba la ciudad. Su hija Elizabeth falleció el mismo día.