Joseph Ducreux
Francia, 1735–1802
El Barón de Ducreux fue un retratista francés que tenía una faceta muy interesante además de sus retratos oficiales: también pintaba a gente en actitudes inéditas como bostezando, riéndose o haciendo todo tipo de poses expresivas.
Joseph Ducreux tuvo un gran éxito después de formarse con grandes retratistas. A los treinta y pico, ya estaba pintando el careto de Maria Antonieta y demás gente cool de Francia (o como ellos lo llaman, gente chic).
Antes de darse cuenta, Ducreux ya era barón y Primer Pintor de la Reina, incluso sin formar parte de la Academia, algo impensable en aquellos tiempos. Es lo bueno de tener contactos.
Aunque poco después, con la Revolución francesa, Ducreux renegaría un poco de esos contactos para mantener su cuello lejos de la guillotina. Junto a su colega David, el retratista seguiría teniendo éxitos en la Francia post-revolucionaria.
Se podría decir que Ducreux trabajó exclusivamente el género del retrato. Nunca firmaba sus obras, por lo que algunos de sus cuadros han sido atribuídos a otros y viceversa. Aún así, es muy reconocible su estilo en los retratos informales (obsérvese la imagen de su autorretrato). Son evidentes la libertad y el sentido del humor con el que trata un género que contaba con ciertas restricciones. Caretos muy marcados y expresivos, muy modernos. Parecen hechos hoy.
En esos años hacía algo parecido el escultor Franz Xaver Messerschmidt.