Autorretrato de Joseph Ducreux
¡Y lo sabes!
¿Quién ese tipo que posa como un Julio Iglesias rococó? Pues se llamaba Joseph Ducreux, y además de ser retratista más prestigioso y valorado de esos años —retrató por ejemplo a Maria Antonieta y demás gente cool de Francia (o como ellos lo llamaban: gente chic)—, tenía otra faceta mucho más interesante que un retrato oficial. También pintaba a gente en actitudes inéditas como bostezando, riéndose o haciendo todo tipo de poses expresivas.
O como en este caso, pintándose a sí mismo a la moda dieciochesca, señalándonos y diciéndonos: ¡heeeeyyy!. Un retrato bastante sorprendente para la época y un muy extraño y audaz escorzo el de esos dedos. Un aplauso para Ducreux.
Este señor trabajó exclusivamente el género del retrato. El artista nunca firmaba sus obras, por lo que algunos de sus cuadros han sido atribuidos a otros pintores y viceversa. Aún así, es muy reconocible su estilo, sobre todo en los retratos informales. Son evidentes la libertad y el sentido del humor con el que trata un género que contaba con ciertas restricciones.
Son cuadros que muestran caretos muy marcados y expresivos, muy modernos. La verdad es que casi parecen hechos hoy. Por cierto: en esos años hacía algo parecido el escultor Franz Xaver Messerschmidt. Si os gusta el rollo de Ducreux, echadle un ojo.