María Izquierdo
México, 1902–1955
En 1902 (o 1906 según algunos biógrafos) nace en Jalisco María Cenobia Izquierdo Gutiérrez, la primera pintora mexicana en exponer fuera de su país. Quizás no tenga la popularidad actual de Frida, artista con la que cuenta con varias similitudes, pero en su época fue muy apreciada.
María empieza a pintar en los años 20, sobre todo retratos de sus allegados y pronto empieza a ganar prestigio en Mexico. Vinculada al muralismo mexicano, se empapó de la cultura indígena de su país y se inspiró en las vanguardias para potenciar toda esa energía creativa. Las protagonistas de sus pinturas suelen ser mujeres, no necesariamente las típicas madres o alegorías del patriotismo y el vivo colorido de su obra llama la atención.
Izquierdo bebió del arte de Diego Rivera y del de su pareja Rufino Tamayo (la influencia, hay que decirlo, fue mutua).
Durante los años treinta, Izquierdo amplificó su activismo y formó parte de grupos antifascistas y feministas. Fue sonado su discurso por la radio «La mujer y el arte» donde denunció la opresión en la que vivían las mujeres mexicanas. Nunca abandonó ese activismo.
De hecho, al ser mujer sufrió fue un constante desprecio, incluso por parte de sus colegas. En 1945 Izquierdo fue contratada para realizar un mural institucional donde iba a narrar la historia de la ciudad de México, pero cuando estaba en ello su trabajo fue cancelado. Al parecer hubo una reunión de artistas macho-alfa, con Siqueiros, Orozco y Rivera, que aconsejaron a los responsables paralizar el proyecto, ya que una mujer no tenía las cualidades necesarias para realizar trabajo mural. Izquierdo denunció públicamente, pero nadie al parecer nadie la apoyó e incluso fue públicamente atacada.
Hoy su obra está en los principales museos de Mexico y es considerada por muchos como una igual con sus compañeros muralistas.