Masaccio
Italia, 1401–1428
Tommaso di ser Giovanni di Mone Cassai, conocido por todos como Masaccio, es una de las figuras más importantes del arte occidental. Puede parecer exagerado, y desde luego no es tan reconocido como otros de sus colegas, pero lo cierto es que sin Masaccio no habría Quattrocento, porque se sabe ya que fue el auténtico creador de la pintura renacentista.
Conocemos poco de su corta vida (a los 27 años murió, como una auténtica estrella del rock and roll) pero sabemos por Vasari que: «Masaccio destaca por haber ideado un nuevo estilo de pintura… su trabajo está vivo, es realista y natural».
Este nuevo estilo era una evolución del de Giotto, influído también por las modernísimas ideas de sus colegas el arquitecto Brunelleschi y el escultor Donatello, y se basó en algo hoy tan simple como es la observación de la naturaleza. Uniendo la perspectiva, la anatomía y la luz (como véis Masaccio era un artista-científico, un hombre del renacimiento), recuperó el clasicismo greco-romano y se liebró de lo gótico dotando de vida a sus representaciones.
Esta vida se debe también a que sus modelos eran reales, retratando a sus colegas y a la gente de su época.
Vasari nos cuenta también que: «Fue hombre muy retraído y descuidado, como todo aquel que, habiendo puesto su alma y su voluntad enteras en las cosas del arte, cuida poco de sí y menos de los demás. Y porque no quiso jamás pensar en modo alguno en las preocupaciones mundanas, ni especialmente en lo que a ropa se refiere, y no acostumbró reclamar dinero a sus deudores, salvo cuando se encontraba en necesidad extrema, todos lo llamaban Masaccio en vez de Tommaso, que era su nombre: no porque fuese malo -pues era naturalmente bondadoso- sino por ser tan descuidado».