Giovanni Bellini
Italia, 1430–1516
Hijo y hermano de artistas (su cuñado era Mantegna), Giovanni Bellini, también conocido como Giambellino, fue uno de esos artistas revolucionarios que hicieron avanzar la historia del arte. Él fue el artífice de la pintura veneciana y fue el maestro de otro ilustre revolucionario veneciano: Tiziano.
En una primera etapa casi copió en composición y técnica a Mantegna, habiendo cuadros casi idénticos de ambos, pero en torno a los 30 años comenzó a pintar madonnas en las que ya se denota un estilo propio, mezcla de los iconos bizantinos, y sobre todo del detallismo flamenco.
También trabajaría más esta temática madre-hijo con sus piedades y durante los años siguientes se dedicaría exclusivamente al arte religioso.
La verdadera revolución llegaría en los albores del siglo. Al incorporar elementos estéticos del Norte de Europa, sobre todo la técnica del óleo sustituyendo al ya tradicional temple, su paleta adquiere una inusual profundidad cromática, que después sería adoptada por los manieristas. Esa pintura atmosférica sería verdaderamente revolucionaria. También es innovadora la relación que hay entre figuras y paisaje y las soluciones modernas que inventa en cuanto a composición, formatos o temas, que ya empiezan a ser mitológicos, desnudos.
Con Bellini, se planta el germen del manierismo, e incluso se empiezan a percibir ciertos «excesos» del barroco además de esa característica condición auto-referencial del arte, que absorverán los manieristas venecianos.