Pierre Bonnard
Francia, 1867–1947
A finales del siglo XIX, un grupo de jóvenes artistas se agrupó bajo el nombre de los nabis. Preocupados por el color y fascinados por Paul Gauguin y el arte japonés, decidieron darle la espalda al arte oficial y defendieron al arte como «la manera subjetiva de expresar las emociones».
Entre los miembros más destacados del grupo estaba el joven Pierre Bonnard, un abogado que compaginaba el derecho con el dibujo y la pintura, que tras descubrir «El talismán» (1888) de Paul Sérusier, decidió dedicarse definitivamente a la pintura y alquiló un taller en Montmartre
Con. el cambio de siglo, Bonnard se decantó por escenas íntimas y retratos de familia donde la aplicación del color puro y sin claroscuros, el gusto por la expresividad y la decoración y esas líneas y formas latiendo con el ritmo de su vida diaria influyeron seguramente en los fauvistas. Convivió con las vanguardias, pero nunca se adscribió a ninguna y siguió depurando su estilo, ajeno a modas, corrientes y etiquetas.
Cuentan que el artista se enamoró de flechazo de Marie Boursin en 1890. Bonnard le pidió que posase para él y a partir de ese mismo momento Marie se convirtió en su modelo exclusiva y compañera para toda la vida. Se calcula que Bonnard retrató a Marie en más de 400 obras en las que el tiempo no parece pasar por ella: la retratará siempre joven.
Eso no impidió tener otras «modelos» como su amante Renée Monchaty e incluso existen obras en las que cohabitan ambas musas, las dos eternamente jóvenes pues Bonnard aborrecía pintar del natural y estaba mucho más interesado en los mecanismos de su memoria.