Amor, el conquistador
El amor amansa a las fieras.
«Qui que tu sois, voici ton maitre! Il l’est, le fut, ou le doit être!
¡Quienquiera que seas, aquí está tu maestro. Él es, fue o debe ser!»
Una extraña definición del amor, según un poema de Voltaire, que en su Diccionario filosófico (1764) decía que hay tantas clases de amor que no sabemos a cuál de ellas referimos para definirlo: está el amor propio, el amor socrático, el amor a Dios, el amor libertino…
Es difícil de definir el amor, no cabe duda, pero en arte fue muy fácil personificarlo como este personajillo alado y armado con arco y flechas, que puede atravesar los corazones más duros, y que incluso es capaz de amansar y caminar entre fieras, como vemos en esta imagen de Gêrome.
Desde su época de estudiante, cuando se iba al zoológico de París para dibujar, Jean-Léon Gérôme pintó muchas fieras en sus pinturas, especialmente leones, ya fueran devorando gente en el circo romano, acompañando a san Jerónimo, contemplando el atardecer, intentando cazar mariposas o como aquí, en este interior (una jaula?), observando a Cupido, que se va de Ángel Cristo y ni se inmuta. Las fieras parecen encantadas en su presencia: una pantera mordisquea su arco y hasta el tigre está juguetón panza arriba.
Circula una versión por internet a todo color, pero las fuentes son de lo más dudosas y sólo podemos dar fe de que este grabado es de Gêrome por el libro de 1892, The Life and Works of Jean-Leon Gêrome, que incluye una ilustración con el título de Voltaire. Agradeceríamos si alguien sabe más del óleo original.