Duelo después del baile de máscaras
Fiesta de disfraces acaba trágicamente.
No sabemos qué ocurrió ese invierno en el baile de disfraces, pero la cosa acaba mal, como podéis observar en la imagen. Al amanecer, Pierrot, tan blanco como la nieve que lo rodea, yace moribundo en los brazos del Duque de Guisa. Un dux veneciano examina la roja herida del desdichado mientras Domino se agarra a su cabeza con desesperación.
A la derecha, vemos a Arlequín acompañando a un indígena americano que deja un par de plumas en el lugar de la pelea. Son los ganadores del duelo, aunque parecen marcharse no demasiado victoriosos.
La escena tiene un aire tan solemne como ridículo. Es extraño ver morir a un payaso. Pierrot era el «payaso Blanco» de la Commedia dell’Arte, el triste pagafantas víctima de un amor no correspondido y su trágica existencia acaba así, en una fría y brumosa mañana invernal, en un duelo con espadas. Reconozcamos que tiene algo de divertido ver morir a un mimo.
Asumimos que la pelea fue por causa de amores y el pobre Pierrot no debía ser muy bueno en el arte de la esgrima.
El cuadro tuvo tal éxito en la época que se hicieron varias versiones, hoy dispersas en los mejores museos del mundo.