Ángel músico
Orquestación cromática en un Putto ensimismado.
El pelirrojo Rosso Fiorentino pintó a este pequeño putto tocando su laúd. Es la alegoría perfecta de la música: un ángel con el cabello alborotado (y rojizo, como el del artista) que toca muy concentrado un instrumento mucho mayor que él, y de repente la oscuridad se va llenando de luz y color.
Los tonos cálidos de las plumas, del instrumento y de los cabellos destacan entre la oscuridad. La iluminación es perfecta, algo que podemos apreciar en la textura translúcida de las plumas de las alas.
Una imagen muy tierna y también muy moderna, propia de esa vanguardia llamada Manierismo, cuando los artistas italianos como Fiorentino empezaron a cuestionarse por dónde seguir avanzando y llegaron a la conclusión de que había que practicar un arte consciente y sofisticado, dar un paso más en ese arte renacentista.
El concepto de maniera significaba un saber hacer, con virtuosismo y artificiosidad, y comenzar así un libre diálogo entre forma y significado, entre el estilo y el tema. Al final resultó un período de transición entre el arte renacentista y el arte barroco de los siglos siguientes.
Se cree que la obra es un fragmento de una tabla perdida mucho mayor, pero alguien decidió que este pequeño ángel debía protagonizar una obra por sí mismo.