Homenaje al cubismo
Como sacar arte del Síndrome de Diógenes.
A principios de los 60 Arman empezó a hacer acumulaciones de objetos y lo llamó Nuevo Realismo (lo que hacía Yves Klein en pintura y demás gente supercool de la nouvelle vague que promulgaron “nuevo enfoque perceptivo de lo real”.).
Al principio, Arman creyó que su arte consistía en la serialidad – una repetición simple – pero pronto se dio cuenta que la acumulación definía mucho mejor lo que quería contar.
No manipulaba estos objetos en absoluto. Simplemente los amontonaba, muchas veces casi embutidos. Dicho de otra manera: Arman acumulaba basura.
El artista reconoció que este Síndrome de Diógenes venía de su familia. En su subconsciente desde la infancia, quedó marcada la obsesión de la familia con la fabricación de colecciones de cosas.
El artista acumuló de todo: desde dentaduras postizas a zapatos, pasando por pistolas o monedas. O como aquí, guitarras destrozadas.
Arman se comprometió a hacer formas concretas de arte a partir de lo real y tangible, con productos manufacturados. Curiosamente, en conjunto, esta desproporcionada acumulación de objetos llega a crear el efecto contrario: todo parece irreal y abstracto. O en este caso, parece un cuadro cubista, de ahí el título.