La orquesta de la Ópera
Degas, influido por la fotografía, pinta a un grupo de músicos.
¿Que clase de pintor cortaba en esa época cabezas, brazos, cuerpos enteros…?
Degas, por supuesto.
Esos encuadres rompedores sólo pueden ser influencia de la fotografía, artilugio milagroso que causaba furor en esa época y que Degas utilizó claramente para su proceso pictórico.
En este cuadro estamos en primera fila de la Ópera de París. Casi podemos tocar a la orquesta apretujada en el foso. Degas destaca como protagonista del grupo de músicos a su amigo fagotista Désiré Dihau, situado en el centro de la composición. Al fondo unas bailarinas son decapitadas sin piedad por el encuadre. ¡¡Y eso que si algo le gustaba pintar a Degas eran las bailarinas!! (también las bailarinas bañándose).
A diferencia de los demás impresionistas, Degas odiaba pintar al aire libre. Era un pintor de taller y según cuentan, su taller era un auténtico caos lleno de mierda, pero aún así el pintor no dejaba que nadie tocase nada. Un día un amigo fue a visitarlo y se le cayó sin querer un papelito minúsculo. Degas corrió a recogerlo y dijo ofendido a su amigo: “no me gusta el desorden”.