Antonietta Gonsalvus
La hija de la Bella y la Bestia.
Retrato de la hija de Petrus Gonsalvus (o Pedro González), conocido como el Salvaje Gentilhombre de Tenerife. Gonsalvus tenía una característica que fascinó a media Europa en el siglo XVI: tenía hipertricosis, una alteración genética hereditaria que cubría de pelo todo su cuerpo. Un hombre lobo en toda regla.
Gonsalvus fue capturado en las Islas Canarias y llevado a la corte del rey Enrique II de Francia, donde se convirtió en la atracción principal para nobles y plebeyos que querían ver a “la bestia” domesticada y civilizada gracias a los cuidados del rey.
En 1573 Don Pedro González se casó con una bella parisina de nombre Catherine (se dice que de ahí nació el cuento de “La Bella y la Bestia”) y de este matrimonio nacieron seis hijos: tres niños y tres niñas, algunos de los cuales heredaron la hipertricosis, que también afectaría a varios de sus nietos.
Una de las niñas era Antonietta, aquí retratada con gran ternura y simpatía por la gran Lavinia Fontana, quizás la pintora más importante de la época. Un retrato infantil en el que Antonietta porta una carta explicando un poco la historia de su familia y dando a entender que ella y os suyos eran poco más que curiosidades que los nobles de la época podía coleccionar como animales exóticos.