
Autorretrato blando con bacon frito
Que aproveche.
Dalí se auto-retrata con sus características imágenes recurrentes: algo blando, amorfo y con muletas. Casi todo apoyado con nueve muletas, menos su bigote claro. Hay quien ve ahí una clara simbología sexual de un artista que hacía gala de su impotencia. Por cierto, una de las muletas está mordida.
Lógicamente, el artista se coloca en un pedestal de aire clásico con el título de la obra inscrito en inglés, idioma de su nuevo refugio durante la guerra. Dalí se había fugado a los Estados Unidos, y el país le encantó por su surrealismo y consumismo extremo.
Al parecer, Dalí desayunaba bacon a diario en su estancia en Nueva York durante esos años cuarenta que pasó en el exilio americano, y decide homenajear este alimento en su pintura, a su lado. Ese trocito de panceta frita, parte de su dieta neoyorquina, es parte de su autorretrato, como amante de la comida que era.
Dalí se identifica con esa loncha, y quizás hace un homenaje a Miguel Ángel, que también se autorretrató como un cacho de pellejo en la capilla Sixtina, a modo de san Bartolomé, muerto desollado. En esa etapa americana, Dalí, extasiado por la banalidad y el envoltorio, prefieremostrar el exterior que el alma, por eso su retrato parece una máscara, grasienta como una loncha de bacon del desayuno.