Bailarina sentada con medias rosas
¿Para qué sirve el arte?
¿Qué es el arte?, se pregunta esta bailarina de medias rosas. ¿Para qué sirve?
Está agotada tras el duro ensayo, o mirando a compañeras que quizás lo hacen mejor que ella. Pero ahí sigue: día a día, hora a hora, paso a paso, entrenando para conseguir ese sueño hermoso, abstracto, inalcanzable de llegar a ser un poco inmortal.
¿Para qué sirven tantas horas de esfuerzo?, piensa. ¿Lo valorará alguien? A veces se pregunta si no colgar el tutú e invertir ese esfuerzo en cosas más productivas, más importantes.
¿Es importante el arte?, se pregunta. ¿No es más importante tener al menos una comida al día, un techo, una cama… o todas esos objetos que poder enseñarle a la gente…?
Pero resulta que un día se le va alguien querido, o se enamora, o gana algo, o lo pierde… o se le erizan los cabellos al oír una canción, o al leer un libro, o al ver una pintura… Y de pronto, ese poema, esa catedral, ese baile se convierten en lo más importante, en lo fundamental. Y se da cuenta de que sin eso no puede vivir. Vivir, no sobrevivir.
Y de pronto, la bailarina de medias rosas es consciente de que todas esas horas sirven de algo, de mucho, de todo.
Y seguirá intentando la ilusión de alcanzar la inmortalidad.