Moulin Rouge: La Goulue
Los primeros pasos de la cartelería moderna.
Con el paso del tiempo, las obras que Lautrec pintó en la París de finales del XIX se han convertido en un testimonio de vital relevancia histórica. Sus óleos son un reflejo de la intensa vida nocturna que se vivía en la capital francesa durante la Belle Époque.
Sin embargo, pese a esas imágenes tan cautivadoras, su mayor aporte al desarrollo del arte y, sobre todo, del diseño gráfico, fueron sus carteles. Se convirtió en el publicista de esos cafés y cabarets de Montmartre que tanto frecuentaba.
La nueva técnica de grabado que surgió en estos años, la cromolitografía, permitía imprimir infinidad de copias a color muy fácilmente. Artistas como Cheret, Steinlen o Lautrec no dudaron en utilizarla para experimentar, creando así carteles que huían de la mera composición tipográfica para empezar a combinar la ilustración con las letras.
El pintor postimpresionista, tomando como referencia los encuadres y escorzos de las bailarinas de Degas y las figuras de la estampa japonesa, ideó un estilo gráfico innovador y reconocible.
Desde su primer cartel, Moulin Rouge: La Goulue, podemos observar como Lautrec conoce y domina las leyes de la percepción visual. Entiende cómo funciona nuestra vista y nuestro cerebro y, con ello, proyecta un mensaje directo y fácil de comprender.
Su propósito fue eliminar todas las «distracciones» que se encuentran en una pintura convencional y mantener sólo los elementos imprescindibles para comunicar. Prueba de ello es la paleta de color tan reducida que utiliza, o el fondo plano sobre el que coloca parte del mensaje escrito. Aún así, dota de profundidad a la escena mediante la división de la imagen en planos y el empleo de un suelo en perspectiva, lo que aumenta su atractivo de forma considerable.
En un momento en el que arte y diseño comenzaron a separar sus caminos, Lautrec, sin ser consciente (aún firmaba sus carteles), fue clave al asentar las bases del diseño gráfico impreso: síntesis, orden y jerarquía.
Gracias a él, entre otros, comienza una intensa producción de carteles que revolucionaron la forma de comunicar.