Billetes, por favor...
Mejor tenerlos a mano.
El extraño revisor está pidiendo billetes en un vagón del tren. Lo cierto es que está un poco delgado, pero sonriente. No así los viajeros que ha dejado atrás. Parece que, o no llevaban el ticket o este no era válido para el viaje. A ver qué sucede con los siguientes viajeros, que ríen y fuman despreocupados…
El finlandés Kalervo Palsa hacía este tipo de cuadros que algunos calificaron de realismo fantástico. Su obra es una extraña mezcla de primitivismo, la pintura de Ensor, el cómic, el fanzine punk y el diario de un artista loco. Todo junto da lugar a un arte personalísimo, inclasificable, lleno de humor negro. Y como en todo humor negro, hay algo muy real, muy serio en su obra.
Excéntrico y alcohólico —nada raro en un finlandés—, vivía y creaba su solitaria cabaña. La gente se lo imaginaba embriagado, masturbándose compulsivamente en su cabaña y pintando de manera furiosa. Probablemente así era la cosa, dada su expensa obra en la que abundan escenas de gente masturbándose, sadismo, suicidios y todo tipo de encantadores actos contra natura.
Y una cosa que tenía el artista es que retrataba obsesivamente a la Muerte, protagonista indiscutible de esta obra. Una muerte que un día de estos va a pedirnos ese billete que no es válido. Mientras tanto, riámonos un poco.